Según un análisis realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los precios en los supermercados han aumentado en promedio un 38% entre diciembre de 2020 y diciembre de 2023. En contraste, los salarios solo han crecido algo más del 6% durante el mismo periodo. Este estudio de la OCU evaluó la evolución de 122 productos de alimentación y droguería de gran consumo en siete grandes cadenas.
Origen de la subida de los precios
El aumento de los precios en los supermercados tiene múltiples causas, y todas ellas han confluido para crear una situación muy difícil para los consumidores.
En primer lugar, la pandemia de COVID-19 desestabilizó las cadenas de suministro a nivel mundial. Creo que eso es algo que recordamos todos. Las medidas de confinamiento y las restricciones de movilidad a nivel nacional causaron interrupciones importantes y muy significativas en la producción y distribución de alimentos y otros productos de consumo. Muchas fábricas tuvieron que cerrar temporalmente, y la falta de mano de obra afectó la disponibilidad de muchos productos. Estas interrupciones llevaron a una escasez de productos, lo que a su vez provocó un aumento en los precios.
Además, el conflicto entre Rusia y Ucrania ha tenido un impacto directo en el precio de ciertos productos básicos. Rusia y Ucrania son grandes exportadores de cereales y aceites, y el conflicto ha restringido la exportación de estos productos, lo que ha causado una escasez a nivel mundial y, por ende, un aumento en sus precios. Este conflicto también ha afectado otros aspectos del mercado, como los precios de la energía, ya que Rusia es uno de los principales proveedores de gas y petróleo a Europa. La crisis energética resultante ha incrementado los costes de producción y transporte, lo que se ha traducido en precios más altos en los supermercados.
La inflación generalizada es otro factor clave en el aumento de los precios. La inflación no solo afecta a los alimentos, sino que también se extiende a otros bienes y servicios. Esto crea un efecto dominó que se refleja en el coste de vida. Cuando los precios de los bienes y servicios suben, el poder adquisitivo de los consumidores disminuye, ya que el dinero vale menos. Esto hace que sea más caro no solo comprar alimentos, sino también pagar por otros productos y servicios esenciales.
Además de estos factores globales, también hay cuestiones locales que contribuyen al aumento de los precios. Por ejemplo, las políticas agrícolas y comerciales pueden influir en los precios de los productos. Las tarifas y restricciones a la importación pueden aumentar los costes de los productos importados. Asimismo, las condiciones climáticas adversas, como sequías o inundaciones, pueden afectar las cosechas y reducir la oferta de alimentos, lo que también conlleva a un aumento de los precios.
¿Cómo está afectando esto a la vida de las personas de mayor necesidad?
El aumento de precios en los supermercados afecta de manera desproporcionada a las personas de mayor necesidad.
Las familias con bajos ingresos son las más vulnerables, ya que una mayor parte de su presupuesto se destina a la compra de alimentos y productos básicos. El incremento en los precios de estos productos esenciales ha obligado a muchas de estas familias a tomar decisiones difíciles, como reducir la cantidad de alimentos que compran, optar por productos de menor calidad o incluso saltarse comidas.
Además, el aumento en los precios de los alimentos tiene un impacto directo en la salud de estas personas. La falta de acceso a alimentos nutritivos puede llevar a deficiencias nutricionales y problemas de salud a largo plazo. Los niños y los ancianos son especialmente vulnerables a estos efectos, ya que una dieta deficiente puede afectar su crecimiento y desarrollo, así como su bienestar general.
Las organizaciones de caridad y los bancos de alimentos también han sentido la presión de la subida de precios. Con un aumento en la demanda de asistencia, pero con recursos limitados, estas organizaciones luchan por proporcionar suficiente ayuda a quienes más la necesitan. Esto crea un ciclo de pobreza y necesidad del cual es difícil escapar sin una intervención significativa.
Productos más afectados y la razón de ello
Algunos productos han experimentado aumentos de precios mucho más altos que otros:
Aceite
El aceite ha visto un aumento de precio del 225%. La razón principal de esta subida es, como ya hemos comentado anteriormente, el conflicto entre Rusia y Ucrania, ambos grandes productores y exportadores de aceite de girasol. La interrupción en la producción y exportación ha causado una escasez en el mercado global, lo que ha disparado los precios.
Valdelaseras, productora y distribuidora de su propio aceite de oliva, nos afirma que la subida de precios se ha notado en las ventas estos últimos meses.
Azúcar blanco
El azúcar blanco ha experimentado una subida del 91%. Gran parte de este encarecimiento se debe a la inestabilidad económica y la crisis energética, desencadenadas por la guerra entre Rusia y Ucrania. Este conflicto ha disparado los costos de producción y ha tenido un impacto significativo en los agricultores.
Zumo de naranja
El precio del zumo de naranja ha aumentado un 81%, debido principalmente a problemas climáticos que han afectado la producción de naranjas en regiones clave como Estados Unidos y Brasil. Las plagas y enfermedades que afectan a los naranjos también han reducido la producción, contribuyendo al alza de precios.
Huevos
Los huevos han visto un incremento del 67%. La gripe aviar ha afectado a las aves en muchas regiones, reduciendo significativamente la producción de huevos. Además, el aumento en los costes de alimentación y energía ha impactado directamente en el precio de los huevos.
Arroz redondo
El arroz redondo ha subido un 66% debido a factores climáticos adversos en regiones productoras clave como Asia. La sequía y las inundaciones han afectado la producción, y los costes de transporte también han aumentado, contribuyendo al incremento del precio.
Zanahorias
El precio de las zanahorias ha aumentado un 65% por razones similares. Las condiciones climáticas adversas, junto con el aumento de los costes de producción y transporte, han llevado a un incremento significativo en su precio.
Yogur natural
El yogur natural ha visto una subida del 58%. Los costes de producción de productos lácteos han aumentado debido al encarecimiento de la alimentación para el ganado y los costes de energía. Además, la inflación general ha contribuido al aumento de precios de los productos lácteos.
Rodajas de salmón
El salmón ha experimentado un aumento del 56% en su precio. La sobrepesca y la regulación más estricta en la industria pesquera han reducido la disponibilidad de salmón. Los costes de transporte y la alta demanda también han contribuido al alza de precios.
Macarrones
El precio de los macarrones ha subido un 55%, debido principalmente al aumento de los costes de trigo y otros granos. La sequía en regiones productoras de trigo ha afectado la producción, y los costos de energía y transporte también han jugado un papel en el incremento de precios.
Barra de helado
Las barras de helado han visto una subida del 55%. Los costes de producción, incluyendo ingredientes como la leche y el azúcar, han aumentado. Además, los costes de energía necesarios para la fabricación y almacenamiento de helados han contribuido al aumento del precio.
Leche entera
El precio de la leche entera ha subido un 53%. Los costos de alimentación y mantenimiento del ganado, junto con los costos de producción y transporte, han llevado a un incremento en el precio de la leche.
No puede seguir permitiéndose más
La subida de precios en los supermercados es insostenible. A pesar de que los precios siguen siguiendo, los salarios apenas se han movido, lo que ha dejado, en su defecto, a muchas familias en una situación realmente precaria. Es imperativo que el gobierno tome medidas urgentes para abordar esta crisis.
La subida de precios está teniendo un impacto devastador en los hogares más vulnerables. Muchas familias están luchando para llegar a fin de mes, y tienen que recortar en alimentos y productos esenciales. Esto no solo afecta su calidad de vida, sino también su salud y bienestar. Los niños y los ancianos, que son los más vulnerables, están en riesgo de sufrir las consecuencias más graves. No podemos permitir que esta situación continúe.
Es fundamental que el gobierno intervenga para estabilizar los precios y proteger a las familias más necesitadas. Una de las primeras medidas debería ser el control y regulación de los precios de los productos básicos. Además, se deben implementar políticas que apoyen a los agricultores y productores locales, asegurando que puedan seguir produciendo sin tener que aumentar excesivamente sus precios debido a los altos costes de producción.
Otra medida importante es el fortalecimiento de los programas de asistencia social y los bancos de alimentos. Estos programas son una línea de vida para muchas familias y necesitan más recursos y apoyo para hacer frente a la creciente demanda. El gobierno también debe trabajar en colaboración con las organizaciones de consumidores para monitorear y combatir prácticas comerciales abusivas que puedan estar contribuyendo a la subida de precios.
La crisis actual requiere una respuesta inmediata y efectiva. Ya no se trata solo de economía, sino de justicia social y bienestar humano. El gobierno tiene la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos, especialmente a los más vulnerables. Es esencial que se tomen medidas concretas y efectivas para estabilizar los precios y asegurar que todas las familias tengan acceso a los productos básicos necesarios para una vida digna.
Las palabras y las promesas ya no son suficientes: es el momento de la acción.