Urgencias dentales 24 H.

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Hay momentos en los que sufres un dolor de muelas insoportable, que no te deja vivir, y que no logras calmar, ni con analgésicos. O puede que hayas sufrido un accidente, que te hayas dado un golpe en la boca y hayas perdido varias piezas dentales. Necesitas acudir a urgencias de una clínica dental. Te explicamos en este artículo cómo funciona este servicio y cómo ponerse en contacto con él.

Las urgencias dentales son aquellas situaciones agudas que afectan a los dientes y a la mucosa oral y que requieren de una intervención rápida o inmediata.

Por desgracia, en España, la salud dental no está cubierta por la Seguridad Social. En materia de odontología, la sanidad pública solo se encarga de algunas extracciones dentarias. Si sufres un problema de este tipo y acudes a urgencias hospitalarias, como mucho, te administrarán calmantes y analgésicos para reducir el dolor, e intentarán contener la hemorragia, si existe.

El propio médico de urgencias te aconsejará que visites lo antes posible a tu dentista. También corres el riesgo, que en la gestión de urgencias, al no ser considerada tu dolencia como un problema prioritario, te tengan esperando durante horas en la sala de espera hasta que seas atendido. Con la consiguiente prolongación del calvario.

Por suerte, cada vez más clínicas dentales tienen habilitado un servicio de urgencias. Ramón, que vive en Las Palmas de Gran Canaria, nos comenta como ante un dolor de muelas agudo llamó por teléfono a la Clínica Geo, ubicada en su ciudad, y le concertaron una cita, aquella misma tarde.

Cuando llegó a la clínica no tuvo que esperar. Ya le tenían preparada la sala para atenderlo. Como veremos más adelante, las urgencias dentales no funcionan como las urgencias hospitalarias, pero son un servicio realmente valioso.

Las urgencias dentales más frecuentes.

Existen varias urgencias dentales, y todas no revisten la misma gravedad. La revista digital Mejor con Salud recomienda acudir a urgencias en el momento en el que se aprecie alguno de estos síntomas:

  • Sangrado abundante en la boca, que no se detiene.
  • Dolor agudo e intenso que no logramos mitigar con medicamentos.
  • Golpe fuerte en la cara, la boca y los dientes.
  • Fractura o dislocación de la mandíbula.
  • Inflamación o edema en la cara o en la boca.
  • Dificultad para hablar, tragar, abrir la boca o respirar por la boca.

Estas son las situaciones más frecuentes que llevan a los pacientes a concertar un servicio de urgencia dental:

  • Dolor de muelas agudo.

Es la causa de gran parte de las urgencias que se atienden en las clínicas dentales. Se trata de un dolor constante y agudo, que tiende a ser más intenso paulatinamente y que puede intensificarse ante estímulos externos como el frío, el calor o colocarse en posición horizontal.

Puede deberse a distintas causas. Desde la emergencia de una muela del juicio que ha quedado retenida, algún problema periodontal en las encías o una caries en su fase final que ha provocado una infección.

Los odontólogos recomiendan no automedicarse y acudir a la clínica dental lo antes posible para conocer la causa del dolor y la gravedad real del problema.

  • Fractura dental por un golpe.

Al recibir un golpe brusco en la boca o morder algo muy duro, puede ser que alguna pieza dental se haya fracturado. Se considera urgencia dental, pues no se trata solo de una cuestión estética, sino que puede tener repercusiones en la salud de la boca. Los bordes del diente roto pueden dañar la mucosa y lesionar la pulpa del diente.

Se recomienda buscar el fragmento del diente que se ha desprendido, limpiarlo y guardarlo en un pañuelo de papel para enseñárselo al dentista. También se debe enjuagar de inmediato la boca con agua tibia para eliminar los restos de tierra o de comida que haya quedado en la boca, para evitar una posible infección.

  • Pérdida de un diente o diente flojo.

Son dos fenómenos distintos. Puede ser que por el golpe que hemos sufrido, no se haya roto ningún diente, pero sí que se hayan caído una o varias piezas dentales o que estas se muevan en el interior de la boca, sin llegar a caerse.

Si hemos perdido un diente, bajo ningún pretexto debemos volver a colocarlo en la boca. La pieza se ha contaminado y puede provocar infección. Deberos, eso sí, colocar un trozo de gasa en el hueco para detener la hemorragia.

Si el diente se nos mueve y no se ha caído, debemos evitar moverlo con la lengua o el dedo. Seguramente ha perdido sujeción en los huesos alveolares y al moverlo aumentamos el daño.

En ambos casos es necesario acudir al dentista para determinar la gravedad de la lesión e iniciar un tratamiento de reconstrucción de la dentadura.

  • Infecciones y abscesos.

Las infecciones y el cúmulo de pus provocan dolor y complicaciones en la salud de la boca. Los abscesos pueden aparecer en las raíces de los dientes, infectar las encías y dañar otras partes colindantes de la boca. Si el absceso es de gran tamaño, puede afectar al cuello o las mejillas, provocar fiebre o generar dificultades para hablar, masticar o respirar por la boca. El tratamiento de infecciones es de capital importancia, ya que dependiendo de los casos, las bacterias pueden acceder al torrente sanguíneo y ocasionar, con el tiempo, molestias en otras partes del cuerpo.

  • Problemas postoperatorios.

Si estamos siguiendo algún tratamiento dental que implique alguna intervención quirúrgica: colocación de implantes, cirugía periodontal, endodoncia, etc., en ocasiones pueden aparecer ciertas complicaciones.

La ortodoncia moderna está muy avanzada, pero no se encuentra exenta de riesgos. Para tranquilidad nuestra, son casos excepcionales. Un ejemplo de ello es la periimplantitis, que consiste en la infección de los implantes dentales. Al colocar el implante, la herida abierta en la encía no se ha cerrado, el implante no logra integrarse en la estructura ósea maxilofacial y termina recubierto por placa bacteriana.

Algunos de estos problemas surgen por no seguir las indicaciones del dentista. Fumar o beber refrescos azucarados aumentan las posibilidades de padecerlo. Otra de las complicaciones que puede surgir, es que el cuerpo rechace el implante colocado. Algo cada vez más improbable, debido a la utilización en implantología de materiales biocompatibles, pero se han dado casos.

Cómo concertar el servicio de urgencia.

Cuando nos encontramos en alguna de estas situaciones, lo primero que debemos hacer es llamar por teléfono a nuestra clínica dental habitual y contarles el problema. Si ellos lo pueden resolver, nos darán una cita lo antes que puedan. Si no les es posible, por agenda o por otra circunstancia, nos aconsejarán donde acudir.

Lo que no podemos hacer es presentarnos de improviso en la clínica como si acudiéramos a un hospital o un ambulatorio. Piensa que el dentista debe preparar la sala para atenderte.

Existen clínicas dentales que tienen un servicio de urgencias 24/7. Un teléfono al que se le puede llamar cualquier día de la semana a cualquier hora. En él te atiende un odontólogo de guardia. Es un recurso para aquellas urgencias que se producen fuera del horario comercial.

Una vez el odontólogo ha tomado nota de la urgencia, concierta una visita con el paciente en pocas horas o minutos. Aunque sea fuera del horario habitual, tendrás abierta la clínica y preparada la sala para atenderte nada más llegues.

Cómo calmar el dolor hasta entonces.

Por muy rápido que sea el servicio de urgencias de la clínica dental, no va a ser inmediato. Para sobrellevar el dolor dental hasta que te atiendan, la revista Business Insider recomienda acudir a ciertos remedios caseros, aparte de tomar algún paracetamol. Estos son algunos de ellos:

  • Enjuagarte la boca con agua con sal. La sal ayuda a calmar la zona irritada, ya que se trata de un desinfectante natural. Para ello debemos disolver ½ cucharadita de sal en un vaso de agua tibia.
  • Tumbarnos boca arriba con la cabeza elevada. Para eso debemos tumbarnos en una cama o en un sofá con una almohada gorda bajo la cabeza. Al coger esta postura reducimos el riego sanguíneo hacia la cabeza y la boca, y logramos calmar un poco el malestar.
  • Poner hielo sobre la zona dolorida. Si tenemos una infección dolorosa en las encías o hinchazón en la cara, colocarse una bolsa de hielo o alguna compresa helada sobre la cara, en la parte inflamada, contribuye a reducir la inflamación.

No quería terminar este artículo sin recordar, que en la mayoría de los casos, el servicio de urgencias dentales no viene a resolver un problema, sino a estabilizar la situación. Cuando acudimos a las urgencias de una clínica dental, el dentista que nos atiende nos va a eliminar el dolor; y lo más importante de todo, va a descubrir cuál es su causa y la gravedad del problema. Esto dará pie al inicio de un tratamiento para resolver la enfermedad o reconstruir la parte dañada.

Si no fuera así, la situación que ha ocasionado la urgencia dental se volvería a producir con el tiempo, o se agravaría.   

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