Ya sea en casa, en el trabajo o en cualquier lugar que nos encontremos por la razón que sea, es fundamental que nuestro entorno se encuentre limpio, ordenado y hasta desinfectado, puesto que lo contrario solo traerá efectos perjudiciales tanto para nuestro cuerpo como para nuestra salud mental.
A continuación, voy a detallarte qué inconvenientes físicos y mentales tiene para nosotros el vivir, trabajar o pasar tiempo de ocio en lugares que no estén limpios u ordenados y, por supuesto, cómo darle solución a este problema.
¿Qué efectos negativos tiene para nuestra salud física vivir o trabajar en un espacio que no esté limpio ni ordenado?
- Mayor riesgo de enfermedades infecciosas: vivir o trabajar en un espacio desordenado y sucio puede aumentar significativamente el riesgo de contraer enfermedades infecciosas. Los microorganismos patógenos, como bacterias, virus y hongos, prosperan en entornos no higiénicos, lo que facilita su propagación. La exposición a estos agentes infecciosos puede dar lugar a una variedad de enfermedades, incluidas infecciones respiratorias, gastrointestinales y de la piel. Mantener un entorno limpio y ordenado es esencial para reducir este riesgo y salvaguardar la salud física de las personas que lo habitan o trabajan en él.
- Agravamiento de alergias y problemas respiratorios: La acumulación de polvo, ácaros del polvo, moho y otros alérgenos en espacios desordenados puede desencadenar reacciones alérgicas y empeorar condiciones respiratorias como el asma. Estos alérgenos pueden irritar las vías respiratorias, causar estornudos, picazón en los ojos y la piel, y provocar dificultades para respirar en personas sensibles. Además, el moho en interiores puede liberar esporas que pueden ser inhaladas, empeorando los problemas respiratorios. Mantener un entorno limpio y ordenado ayuda a reducir la presencia de estos alérgenos y mejora la calidad del aire interior, beneficiando la salud respiratoria.
- Mayor riesgo de lesiones: un entorno desordenado puede aumentar el riesgo de accidentes y lesiones, puesto que los objetos dispersos por el suelo representan un peligro constante de tropiezos y caídas, especialmente en zonas de paso frecuente. Además, la acumulación desorganizada de objetos puede obstruir las salidas de emergencia y dificultar la evacuación en caso de un evento adverso como un incendio. Por lo que mantener un entorno limpio y ordenado es fundamental para garantizar la seguridad física de las personas que habitan o trabajan en ese espacio, previniendo accidentes y lesiones innecesarias.
- Problemas de salud relacionados con la higiene personal: un entorno desordenado también puede influir negativamente en los hábitos saludables, y es que la falta de orden puede dificultar el acceso a elementos necesarios para mantener una buena higiene personal, como cepillos de dientes, jabón o toallas limpias. Además, incluso puede desmotivar la práctica de actividades físicas, ya que puede ser difícil encontrar espacio adecuado o equipamiento necesario para el ejercicio.
¿Y de qué forma puede afectar esto a nuestra salud mental?
- Estrés y ansiedad: el desorden puede generar estrés al crear una sensación de abrumo y desorganización. La incapacidad para encontrar objetos importantes o completar tareas debido al desorden puede aumentar la ansiedad y la sensación de falta de control.
- Fatiga mental: estar constantemente rodeado de desorden puede agotar mentalmente a una persona. La estimulación visual excesiva causada por el desorden puede dificultar la concentración y la relajación, lo que puede conducir a una sensación de agotamiento mental.
- Sentimientos de culpa o vergüenza: vivir en un espacio así puede llevar a sentirse avergonzado o culpable por no poder mantenerlo limpio y ordenado. Esto puede afectar negativamente la autoestima y la autoimagen.
- Dificultades para la relajación: un entorno desordenado y sucio puede dificultar la capacidad de relajarse y descansar adecuadamente, ya que puede distraer y dificultar el proceso de desconexión mental necesario para relajarse después de un día de trabajo.
- Impacto en las relaciones interpersonales: el desorden o suciedad en el hogar o en el lugar de trabajo puede afectar las relaciones con los demás. Puede causar incomodidad en las visitas de amigos o familiares y afectar a la percepción que los demás tienen de una persona.
Cómo poner solución a la falta de limpieza y desorden.
- Establecer rutinas de limpieza: designar días específicos para realizar diferentes tareas de limpieza, como barrer, quitar el polvo, limpiar superficies y aspirar. Mantener una programación regular ayuda a prevenir la acumulación de suciedad y desorden.
- Asignar lugares específicos para cada cosa: designar un lugar para cada objeto y asegurarse de devolverlo a su sitio después de usarlo. Esto ayuda a evitar la acumulación de desorden y facilita la organización.
- Desarrollar hábitos de limpieza diaria: realizar pequeñas tareas de limpieza todos los días, como lavar los platos después de usarlos, limpiar las superficies de la cocina y organizar el correo o documentos importantes. Estos pequeños esfuerzos diarios ayudan a mantener el espacio ordenado.
- Minimizar el uso de objetos innecesarios: regularmente revisar y deshacerse de objetos que ya no se necesitan o se usan. Donar, reciclar o desechar los objetos que ya no tienen utilidad ayuda a reducir el desorden y facilita la organización.
- Contratar un servicio de limpieza: en caso de que la carga de trabajo sea demasiado grande o el tiempo sea limitado, los profesionales de Gadeslimp afirman que contratar un servicio de limpieza profesional puede ser una opción recomendable, ya que, estos servicios pueden encargarse de tareas más exhaustivas y pesadas, como limpiar suelos, baños, ventanas y todo el mobiliario, liberando tiempo y energía para otras actividades.